Alegría, interés, amor, serenidad, inspiración, gratitud, diversión. Potenciar las emociones que generan sensaciones agradables, placenteras y motivadoras y que, además, protegen nuestra salud física; lograr el equilibrio para un bienestar óptimo.

La mente, las emociones y el cuerpo están íntimamente relacionados, formando un sistema integrado que cuando se mantiene en equilibrio da como resultado una salud óptima. En este sistema, las emociones positivas, como la alegría y el amor, ayudan a mantenernos sanos, en tanto que las negativas, como el miedo y la tristeza, fomentan que enfermemos y, por ello, es conveniente potenciar las primeras y reducir las segundas.

Algunos estudios científicos relacionan la presencia de las emociones agradables o positivas con la salud, e incluso con la longevidad, y apuntan a que también tienen un efecto neutralizador de la influencia física de las emociones negativas, mejorando la respuesta vascular, neuroendocrina o inmunológica.

¿Cómo potenciar las emociones positivas? Consejos prácticos para potenciar en nuestra vida cotidiana cada una de las principales emociones positivas:

Alegría. Procure mantenerse en contacto con personas que son importantes y con las que realice actividades que le permitan sentirse seguro, tranquilo y feliz.

Interés. Acérquese al día a día buscando la oportunidad de poner en marcha sus potenciales y habilidades, y así disponer de nuevos retos para disfrutar de esos pequeños o grandes logros que le motivan a aprender y a buscar nuevas experiencias.

Amor. Es la emoción que tiene su esencia en las relaciones personales en las que procuramos un contacto más directo, más íntimo, en las que nos descubrimos experimentando sensaciones gracias a la presencia de la otra persona junto a nosotros.

Serenidad. Es la experiencia que se obtiene si uno es consciente de la acción que está realizando en ese preciso momento (una buena comida, un paseo) y se la alcanza cuando se vive el presente, acompañado de bienestar, de placer.

Inspiración. Está muy asociada a la creatividad y se potencia animando a la mente a que se ponga en contacto con nuevas personas, lugares y experiencias, poniendo a trabajar la imaginación y el ingenio.

Gratitud. Comparta y experimente la sensación gratificante de ser ayudado y ayudar, ofrecer y recibir. Mantenga relaciones personales saludables dándose la oportunidad de satisfacer, recíprocamente, las necesidades, inquietudes e ilusiones mutuas.

Diversión. Forma parte de la habilidad humana de dejarse llevar por el humor, la sonrisa, los recuerdos agradables y los nuevos retos, y surge cuando uno se encuentra con otras personas y se siente capaz de proponer algo inesperado y vitalista, que le haga disfrutar, ilusionarse y vivir el presente de forma más intensa.